Acero inoxidable Austeníticos

Esta familia de los aceros inoxidables al contar con elementos como el molibdeno, titanio o cobre, puede modificar las propiedades del acero. Estas modificaciones pueden adecuarlo para aplicaciones de alta temperatura o incrementar su resistencia a la corrosión. La mayoría de los aceros hacen frágiles ante las bajas temperaturas, sin embargo, el níquel presente en el acero inoxidable austenítico lo hace adecuado para aplicaciones de baja temperatura o criogénicas.

Los aceros austeníticos se endurecen por tratamiento térmico, aunque se puede trabajar con ellos en frío para aportarles elevados niveles de resistencia. Los aceros inoxidables austeníticos cuentan con una mejor resistencia a la corrosión que los aceros martensíticos y ferríticos y se destacan además por su excelente resistencia mecánica y resistencia a la oxidación a elevadas temperaturas.

Cabe mencionar que este tipo de acero inoxidable se puede trabajar en caliente por forjado o laminado sin mucha dificultad y también como los aceros ferríticos, se pueden enfriar al aire después del trabajo en caliente sin que se agrieten.

Para conseguir la maquinabilidad de los aceros inoxidables austeníticos se requieren realizar cortes más gruesos y velocidades más bajas que los empleados en los aceros martensíticos y ferríticos.

Cuando el acero austenítico se calientan a temperaturas dentro de este intervalo crítico, el cromo se precipita en los límites de grano en forma de carburos de cromo, con lo que se disminuye la resistencia a la corrosión en los bordes de los granos. Se recomienda recocer los aceros austeníticos a una temperatura entre 1000 y 1100° C y enfriarlos rápidamente en agua.

Este acero inoxidable austenítico se puede soldar fácilmente, obteniendo soldaduras fuertes y tenace, sin embargo, al calentar el área soldada no se puede prevenir que pase por la temperatura críticas en las cuales precipitan los carburos de cromo. Por tanto es recomendable recocer, después de efectuar la soldadura.